Las mujeres ocupan actualmente muchos de los cargos de control de la economía más grande del mundo, y están tratando de arreglarla.
La secretaria del Tesoro norteamericano, Janet Yellen, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, y la representante de Comercio, Katherine Tai, ocupan puestos claves en el gobierno de Joe Biden, que además incluye varias asesoras económicas que son mujeres, como casi el 50% de los funcionarios confirmados de su gabinete.
Y es probable que esta marea de cambios ya tenga efectos en la política económica: el nuevo plan de gasto público de 2,3 billones de dólares presentado por Biden la semana pasada incluye 400.000 millones para financiar la “economía del cuidado de personas”, un apoyo el empleo hogareño y comunitario, como el cuidado de los niños y los adultos mayores, que suele estar a cargo de mujeres y que en el pasado tenía escaso o nulo reconocimiento.
El plan también prevé cientos de miles de millones de dólares para corregir las desigualdades raciales y entre el campo y la urbe que fueron provocadas por las políticas económicas, comerciales y laborales del pasado.
Yellen dice que el foco estará puesto en la “infraestructura humana”, y que el rescate de 1,9 billones de dólares del año pasado debería redundar en mejoras significativas para las mujeres, cuya participación en la fuerza de trabajo había tocado su mínimo histórico en 40 años incluso antes de la crisis.
“Es posible que esta ley, al final, haga historia durante 80 años, porque empieza a corregir los problemas estructurales que han aquejado a nuestra economía durante las últimas cuatro décadas”, escribió Yellen en Twitter. “Y para nosotras, este es solo el comienzo.”
Los expertos dicen que las líderes mujeres pueden introducir una perspectiva fresca y novedosa en la política económica.
“La persona diferente del resto de un grupo suele ser quien también tiene una visión diferente de las cosas”, dice Rebecca Henderson, profesora de la Escuela de Negocios de Harvard y autora de “Reimaginar el capitalismo en un mundo en llamas”.
“Esa persona suele estar más abierta a otro tipo de soluciones, y es lo que la actual coyuntura demanda”, dice Henderson. “La crisis actual es enorme, y necesitamos nuevas formas de pensar.”
Empatía, estabilidad
Durante el último medio siglo, 57 mujeres han sido presidentas o primeras ministras de sus países, pero hasta hace poco las instituciones que toman las grandes decisiones económicas seguían controladas mayormente por varones.
Fuera de Estados Unidos, está Christine Lagarde al frente del Banco Central Europeo con su balance general de 2,4 billones de euros, Kristalina Georgieva, que controla el billonario poder de crédito del FMI, y Ngozi Okonjo-Iweala en la Organización Mundial del Comercio. Hace diez años, todos esos cargos eran ocupados por hombres.
En el mundo en general, hay mujeres al frente de 16 ministerios de economía y de 14 bancos centrales, según un informe anual preparado por el OMFIF, un grupo de expertos en política económica y bancas centrales.
Las escasas mediciones y estadísticas que existen sobre el tema sugieren que las mujeres tienen un mejor historial en el manejo de instituciones complejas en tiempos de crisis.
“Las evidencias de la intervención de mujeres son siempre muy patentes: la comunidad es mejor, la economía es mejor, el mundo es mejor”, dijo Georgieva en enero, citando las investigaciones recopiladas por el FMI y otras instituciones.
“Las mujeres son grandes líderes porque tienen empatía y son la voz de los más vulnerables. Las mujeres son decididas… y también están mejor predispuestas a los consensos.”
Un estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología mostró que los estados norteamericanos gobernados por mujeres tuvieron menos muertes por Covid-19 que los liderados por hombres, y la Harvard Business Review informó que en una evaluación de “feedback 360 grados” de líderes realizado entre marzo y junio de 2020, las líderes mujeres obtuvieron calificaciones significativamente mejores que sus contrapartes varones.
Las mujeres representan menos del 2% de los CEO de las instituciones financieras y menos del 20% de los miembros de las juntas ejecutivas, pero esas pocas instituciones que dirigen muestran mayor resistencia y estabilidad financieras, según revela una investigación del FMI.
Eric LeCompte, asesor de la ONU y director ejecutivo de una organización sin fines de lucro que aboga por el alivio de deudas públicas, dice haber notado una clara diferencia durante su reunión con Yellen y los líderes de agrupaciones cristianas y judías, el mes pasado.
“Hace 20 años que me reúno con secretarios del Tesoro, y los puntos de conversación eran completamente diferentes”, dice LeCompte. “En cada tema que discutimos, Yellen puso énfasis en la solidaridad y en el impacto de las políticas sobre las comunidades vulnerables.”
Sus predecesores tenían un enfoque duro, “de números, no de personas” y jamás usaban palabras como “vulnerable”.
Las más golpeadas
Es mucho lo que está en juego en este momento. Y los economistas dicen que la recesión mundial causada por la pandemia ha golpeado con especial ferocidad a las mujeres.
Las mujeres comprenden el 39% de la fuerza laboral mundial, pero representan el 54% de los puestos de trabajo que se perdieron durante la pandemia, según un estudio reciente. En los Estados Unidos, las mujeres representaron más de la mitad de los 10 millones de empleos perdidos durante la crisis de Covid-19, y más de 2 millones de norteamericanas directamente han abandonado el mercado de trabajo.
La reincorporación de esas mujeres a la fuerza laboral podría impulsar hasta un 5% el PBI de Estados Unidos, un 9% el de Japón, un 12% en los Emiratos Árabes Unidos y un asombroso 27% en la India, la democracia más grande del mundo, según estimaciones del FMI.
El ascenso de líderes mujeres debería conducir a “dar una respuesta más inclusiva, en el verdadero sentido de la palabra, a los muchos, muchísimos desafíos que nos deja el Covid”, dice Carmen Reinhart, economista en jefe del Banco Mundial.
Tai, la primera mujer de color en liderar la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, les ha pedido a sus colaboradores que piensen “sin encasillamientos”, que abracen la diversidad y hablen con las comunidades que fueron ignoradas durante tanto tiempo.
Además de mujer, Okonjo-Iweala también es la primera persona africana en encabezar la Organización Mundial del Comercio, organismo que supervisa billonarios flujos comerciales por todo el mundo. La funcionaria dice que abordar la problemática de las mujeres será un paso crucial para la reconstrucción de la erosionada confianza en los gobiernos y en las instituciones globales.
“La lección para nosotros es no dejarnos caer en lo de antes”, dice Okonjo-Iweala, que también fue la primera ministra de Finanzas de Nigeria. “Se trata de las personas. Se trata de la inclusión. Se trata de que la gente común tenga un trabajo decente.”
Traducción de Jaime ArrambideAndrea Shalal
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/que-pasa-cuando-las-mujeres-dirigen-la-economia-el-mundo-esta-a-punto-de-averiguarlo-nid06042021/